Entre idas y vueltas sobre cómo llamar a esta aventura y nueva vida, nada terminaba de convencernos. Probamos con un montón de nombres, pero ninguno nos representaba del todo, hasta que nos miramos y dijimos al mismo tiempo: “Pampa”.
Un nombre que repetimos al menos diez veces al día, que amamos profundamente, porque es el de nuestra perrihija, la que nos llena de alegría y nos mantiene entretenidos desde que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir.
Viajar ya era un desafío enorme para nosotros, pero hacerlo con ella lo multiplicaba. No sabíamos cómo iba a ser entrar a un shopping con la Pampa, subirla a un barco o que se adaptara a vivir en un motorhome… ¡y mucho menos para siempre! Sin embargo, hoy podemos decir que fue la mejor decisión: ella es la más feliz de esta casa sobre ruedas.
El “Food Trip” vino de la mano de otra pasión que compartimos: la cocina y la gastronomía. Amamos los mercados, probar sabores locales y descubrir la cultura a través de la comida. Por eso no queríamos que este proyecto fuera “solo un viaje”, sino una verdadera experiencia cultural y gastronómica. Así nació nuestro nombre: Pampa Food Trip.